Jóvenes adictos al móvil, el problema al que muchos padres se enfrentan

22 octubre, 2018
redactado por Francisco

El Superagente 86 utilizaba, allá por los años sesenta, un zapato para llamar por teléfono. Era el famoso Zapatófono en una serie de espías que era una parodia delirante de James Bond y otras zagas de espionaje.
Ya entonces la gente soñaba con que algún día pudiera inventarse un teléfono que pudiera utilizarse allá donde quiera que fuésemos, sin cables, antenas ni mesas donde apoyarlo.
En los años setenta y ochenta se experimentó con la versión beta de los teléfonos celulares, pero su alcance era muy limitado.
En los noventa comenzó el despegue de la telefonía móvil tal y como la conocemos. Y también el sueño de ser como el Superagente 86. Todo el mundo parecía encantado de poder comunicarse con sus familiares y amigos allí donde estuviera, en el campo, la playa o la discoteca.
Los primeros prototipos eran unos mamotretos del tamaño de un ladrillo cuyo precio al día de hoy, una vez pasado por la dieta de la inflación, daría para pagar un par de operaciones de cirugía estética.
Pero parece que actualmente el llamar y recibir llamadas es una de las funciones secundarias de estos aparatos. La mensajería instantánea, tanto de voz como de vídeo, el uso del móvil como cámaras fotográficas cada vez más sofisticadas, su utilidad como monedero para hacer pagos y mil aplicaciones para solventar cualquier desafío cotidiano, ha hecho que tengamos en las manos una herramienta que vale para todo y que cada vez requiere más de nuestro tiempo.

¿Qué síntomas notaremos si nuestro hijo es adicto al móvil?

Cualquier persona que presente síntomas como cambios de conducta, ansiedad, dificultad para dormir o problemas con la alimentación, es posible que esté afectado por algún tipo de adicción.

Al juego, al alcohol, a la pornografía, y también al móvil

La tecnología celular está haciendo surgir una generación de esclavos tecnológicos que son incapaces de pasar menos de media hora sin fijar la vista en la pantalla del móvil o teclear sobre él para enviar cualquier mensaje trivial.
La persona afectada hallará placer usando el móvil, ya sea llamando o entreteniéndose con juegos.
Como en toda adicción, para lograr que los adictos encuentren alguna complacencia, aunque sea momentánea, en aquello que les tiene encadenado, es necesario dedicarle más tiempo para obtener el mismo nivel de satisfacción.
Si te preocupa que tu hijo o hija pueda caer en la adicción al móvil, vigila que no tenga estos síntomas:
Cambio en sus relaciones con el resto de la familia.
Se resiente en su rendimiento académico.
Están más irritables que de costumbre cuando no están conectados y se relajan cuando lo están.
Altera sus horarios de descanso o comidas para utilizar el móvil.
Abuso del móvil.
Miedo a estar sin teléfono.

¿Cómo prevenir la adicción a móvil?

Utilizado adecuadamente, el móvil ofrece muchas posibilidades de ocio y aprendizaje que no debemos desechar.
Pero sí debemos enseñarles a los niños a que utilicen sus celulares de forma responsable.
Los expertos recomiendan hacer un uso adecuado de estos aparatos observando estas premisas:
Los móviles o celulares no deben estar en el cuarto de los niños sino en sitios de paso como salón, cocina o zonas de estudio.
Una persona adulta debe controlar que el tiempo de uso no sea excesivo y que el niño o adolescente no corra peligro visitando contenidos no aptos para su edad.
Pactar con los hijos los sitios y momentos en que pueden utilizarlo y los lugares en que esté totalmente vetado hacerlo: el colegio, la hora de la comida, etc.

¿Cuáles son las posibles consecuencias del uso excesivo del móvil en los niños?

Algunos estudios apuntan a que la media del consumo diario de internet podría llegar a las cinco horas y media; de ellas, la mitad del tiempo se accede a través de celulares.
No está claro que haya una relación directa entre el abuso del móvil y posibles tumores cerebrales, pero algunos expertos así lo apuntan.
Sí parece más acreditado sufrir del llamado síndrome de la contractura del cuello. El simple gesto de inclinar la cabeza para ver mejor la pantalla de los dispositivos ejerce una sobrecarga sobre la columna vertebral al obligar a efectuar una presión de un peso equivalente a unos 27 kilos para 60 grados de inclinación.
El Instituto Polécnico Rensselar, de Nueva York, publicó un estudio en 2013 que concluía que el abuso de las nuevas tecnologías hasta dos horas antes de ir dormir desencadena problemas de insomnio y otros desórdenes del sueño.
La obesidad digital hace mención al excesivo contacto de las personas con móviles y tabletas, y el sobrepeso que produce esta forma sedentaria de ocupar el tiempo, sobre todo cuando se deja de hacer ejercicio físico.
Es sabido que los dispositivos electrónicos emiten una gran cantidad de luz azul. Una sobreexposición a este tipo de radiación trae como consecuencia la fatiga y estrés visual.
Pero quizá la dolencia más general entre los que más abusan de estas tecnologías es padecer, más tarde o más temprano, del síndrome del túnel carpiano. Es lo que se llama, coloquialmente, whatsappitis.

¿Es necesaria la terapia? ¿Cómo lograr que nuestro hijo se desintoxique del móvil?

Las terapias para corregir la adicción al móvil han aumentado un 300% en los últimos años en España. Se cree que en nuestro país el 21% de nuestros jóvenes sufren de este tipo consumo desordenado.
Los terapeutas aseguran que el 90% de los pacientes con adicción a los dispositivos móviles logran salir de este círculo vicioso, aunque la duración de los tratamientos nunca es inferior a los seis meses y puede prologarse a lo largo de tres años.
Cuando los jóvenes presenten síntomas de aislamiento social, alteraciones de la conducta, problemas de comunicación, insomnio, inseguridad, problemas de atención o dificultades para conciliar el sueño, los padres deben considerar la posibilidad de llevarlos a terapia.

¿A qué edad es recomendable regalar un móvil a un niño?

Los terapeutas que tratan este tipo de adicción -llamada nomofobia- como el Dr. Masip, no aconsejan que los jóvenes tengan su propio móvil antes de los 16 años. A nosotros esto nos parecerá que a esa edad los adolescentes son ancianos tecnológicos.
Otros apuntan que la edad aconsejable es partir de los 15 años. Sin embargo, ya es frecuente ver a niños que, con 9 ó 10 años, ya se inician en el contacto con Smartphones.
Los padres muchas veces somos incapaces de no caer en el chantaje de los niños que te llegan a casa reprochándote cuando te dicen que es el único de su clase que carece de móvil.
A diferencia del alcoholismo, la drogodependencia o la ludopatía que despuntan en edades más tardías, la adicción a los dispositivos móviles se presenta entre los 11 y 12 años, por lo que cuanto antes estemos vigilantes y pongamos coto antes evitaremos el problema.