Hay negocios que han visto cómo todo su entorno cambiaba a través de las nuevas tecnologías. Nuevos trabajos y oportunidades que han surgido al calor de Internet y los dispositivos de última generación. Tanto es así que incluso el amor se ha convertido en un negocio… o más bien el deseo sexual. La generación millenial, y posteriormente la Z, han querido romper las cadenas de tantas décadas de tabúes sexuales en torno al sexo por placer. Encuentros sexuales de una noche, placer casual y sin lazos afectivos… El sueño de muchos, y la realidad para los que se atreven a dar el paso y a vivir de esas fantasías que ahora son más accesibles que nunca gracias a apps como Tinder. ¿Puede una aplicación cambiar la manera en la que nos relacionamos sexualmente? Tal vez no, pero puede ayudar a canalizar ese cambio, esa forma de entender las relaciones, dejando atrás conceptos arcaicos. El sexo siempre ha sido un negocio.
De hecho, la prostitución es uno de los oficios más antiguos que existen, y eso se denota también en cómo ha sobrevivido a lo largo de toda la historia. Actualmente, el sexo de pago existe incluso en países en donde está prohibido por ley. Es una necesidad tan básica que debe ser cubierta, aunque sea fuera de la legalidad. La marginación y la persecución a las profesionales sexuales sigue estando a la orden del día en muchas naciones, pero siempre hay vías alternativas para encontrar a estas mujeres. De hecho, Tinder también se ha convertido en una parte del entramado de la prostitución, aun sin ser su misión principal. La aplicación ofrece a sus usuarios la posibilidad de conectar entre ellos y hacer match, siempre que se gusten. De ahí puede salir una cita que puede acabar en nada o en una relación de años, con hijos, boda y todo lo demás. Pero también hay espacio para perfiles que muestran descaradamente una intención sexual. Porque existen prostitutas camufladas en Tinder, y cuando sabes el secreto para encontrarlas, ya no puedes parar de ver sus perfiles por toda la aplicación.
Una aplicación de citas muy popular
Tinder nace en 2011 con la intención de convertirse en una app de citas para los jóvenes de todo el mundo. Una chispa que haga nacer la pasión o el amor entre sus usuarios, como su propio nombre y símbolo indican. Es probable que ni siquiera sus propios creadores fueran realmente consciente de todo lo que estaban desarrollando. Tinder conectó de manera brutal con esa nueva generación que ya no buscaba relaciones estables, sino algo sin compromiso.
Su sistema de matching fue genuinamente original, y facilitó mucho la conexión entre personas. Tanto es así que con los años Tinder se ha convertido en la auténtica referencia dentro de las apps de citas. Con millones de usuarios en todo el mundo, la app puede presumir de haber creado parejas y familias, pero también abrir para cualquiera que lo desease el mundo del sexo casual. Esto, sin embargo, también tiene sus consecuencias: relaciones menos empáticas, menos emocionales, basadas en un placer momentáneo que se evapora.
Prostitutas entre los perfiles
Ese perfil, que es el que muchos busca, encaja a la perfección con el sexo que uno puede tener con una profesional del placer. Las prostitutas ofrecen, de hecho, ese afecto sexual sin ningún tipo de vínculo emocional o compromiso. Es un acuerdo tácito entre la profesional y el cliente. Ella ofrece los servicios sexuales, él los paga y los disfruta, se marcha y puede que no vuelvan a verse en su vida. ¿Cuál es la diferencia de Tinder? Que en la app no tenemos que pagar por disfrutar del placer con la chica, siempre que ella también lo quiera. Y que en Tinder ellas sí que pueden elegir las relaciones que desean. Las prostitutas, por desgracia, no suelen tener tanta capacidad de decisión porque el sexo es para ellas una necesidad para poder ganar dinero.
Las prostitutas han encontrado en Tinder un lugar a través del cual acceder a nuevos clientes. Chicos jóvenes, que están buscando precisamente sexo casual, y que tal vez estén frustrados por no hallarlo en otros perfiles de la aplicación. Dependiendo de la chica, los perfiles pueden ser más sutiles o mucho más explícitos. Estos, sin embargo, no suelen durar mucho, ya que habitualmente son censurados por incumplir las reglas de la comunidad. Las prostitutas acceden a Tinder como una vía más para mejorar en su negocio, un canal que además puede servirles para expandir su clientela de una forma totalmente legal. En países como España, donde la prostitución va camino de hacerse ilegal, este tipo de resquicios suelen ser muy valorados.
¿Cómo detectarlas?
Aquí está el punto más importante. Sabemos que hay chicas profesionales del placer que entran en Tinder para encontrar clientes pero, ¿cómo las detectamos? Normalmente, las prostitutas suelen incluir fotografías mucho más explícitas que las chicas que habitualmente se abren ese tipo de perfiles. Ese descaro se denota ya en las fotos, que es lo primero que llama la atención. Además, las escorts profesionales incluyen ciertas frases muy explícitas en sus descripciones, que ya nos ponen en alerta. Hay incluso quienes ponen sus tarifas, algo que como decíamos, no suele tardar en ser denunciado por ser ilegal dentro de Tinder. La mayoría son mucho más discretas, precisamente para poder desarrollar su negocio en Tinder por más tiempo.
Estas prostitutas suelen hacer matches de manera corriente con prácticamente cada chico en la aplicación, así que es fácil conseguir un match con ellas. Eso nos lleva a la segunda parte, la de hablar por el chat, aunque esto dura bastante poco. La chica prefiere salir de la aplicación para no ser detectada y nos pedirá o nos ofrecerá directamente su número de teléfono para que contactemos con ella. De esta forma, cualquier negocio que hagamos ya queda fuera de Tinder, y la app no puede culpar a la chica. Es un sistema que puede dar buenos resultados, aunque no puede ser el único en el que se base todo el trabajo de una profesional del sexo. De lo contrario, seguramente necesitaría muchos clientes al día para poder subsistir.
Una alternativa a las citas de siempre
Para los usuarios que encuentran a estas chicas en Tinder, las prostitutas pueden ser una alternativa real a las citas de siempre. Hay quien, de hecho, prefiere pagar por tener sexo y no pasar por todo el jaleo de la conquista, de las citas… Porque no todas las chicas de Tinder acceden al sexoen el primer encuentro, ni mucho menos.
El cortejo sigue estando muy de moda, y eso también conlleva ciertos gastos que no todos están dispuestos a realizar. Muchos jóvenes, incluso, entienden que es más rentable contratar los servicios de una prostituta que intentar algo con una chica. Tal vez por eso el número de clientes de prostitución esté aumentando también entre las nuevas generaciones, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo.
